martes, 21 de noviembre de 2006


Montañas:
Son zonas complejas porque, según la altura,
presentan diferente vegetación.




Selvas:
Tienen muchas especies diferentes de plantas
y la vegetación forma estratos.




Bosques:
Hay diferentes tipos de bosques, pero

en todos existen pocas especies de árboles.



Sabanas y praderas:
Predominan las plantas herbáceas (pastos) con árboles
y arbustos dispersos,





Tundra:
Como el suelo está congelado, hay poca vegetación,
como líquenes y musgos.




Desierto y zonas áridas:
Son zonas con muy escasa vegetación o
plantas especialmente adaptadas.

Relieves, Accidentes Geograficos, Climas, Biomas


Relieves

Relieve (geografía), en geomorfología, nombre genérico que se da al conjunto de los accidentes (principalmente cordilleras, colinas, valles, fosas) que modelan la superficie de la corteza terrestre. Las formas de relieve están determinadas por la composición y la estructura litológicas, y por los procesos que llevaron a su génesis. Así, las causas de formación del relieve pueden ser tectónicas (terremotos), erosivas (por la acción de uno o varios factores erosivos), orogénicas (alzamiento de montañas) o volcánicas. Los relieves se clasifican, de acuerdo con su origen, en estructurados, residuales y de erosión (formas no estructuradas que forman parte del modelado).


Accidentes Geográficos:

Montañas: llamamos montañas a las elevaciones del terreno que superan los 600 metros de altura.
Meseta: Constituye un relieve q tiene elementos comunes a las montañas por su considerable altura y a las llanuras por la horizontalidad del relieve.
Llanura: Son superficies de notable horizontalidad y escasas pendientes, que no superan los 200 metros de altura.
Valle: Son hondonadas suaves o profundas entre laderas y montañas.
Altiplanos: Las mesetas que tienen una altura entre 500 y 3.000 metros de altura se denomina altiplanos.
Depresión: Son áreas hundidas ubicadas dentro de continentes.
Plataforma Continental: Es la zona situada alrededor de las tierras emergidas. Presentan una debil inclinación y se extiende hasta un limite en donde la pendiente cambia bruscamente.
Fosa oceánica: Son grandes hendiduras o depresiones alargadas y estrechas.
Talud Continental: Es la zona que desciende bruscamente y con fuerte pendiente, hasta los 2.500 metros.
Llanura avisal: Zonas bastantes planas, donde se acumulan sedimentos. Presentan relieves que a veces emergen formando islas.







Representación del relieve


El relieve de la superficie terrestre se suele representar métricamente sobre un plano a través de las curvas de nivel, unas isolíneas que unen puntos situados a la misma altitud y que se trazan generalmente con un intervalo determinado y equidistante para todo el terreno a cartografiar. Una de cada cuatro o cinco curvas se dibuja con un mayor grosor y se rotula su altitud correspondiente; son las llamadas curvas maestras y, entre ellas, se describen las curvas de nivel intermedias. Actualmente, las curvas se trazan a partir de las fotografías aéreas, consiguiendo una precisión mucho mayor que cuando tenían que delinearse en el campo con la ayuda de una red de cotas. A pesar de que las curvas de nivel no proporcionan una imagen visual del relieve tan clara como la técnica del sombreado, su análisis facilita tal cantidad de información que hace que sea el método más útil de representación del relieve en los mapas topográficos.



Los Climas:

Efecto a largo plazo de la radiación solar sobre la superficie y la atmósfera de la Tierra en rotación. El modo más fácil de interpretarlo es en términos de medias anuales o estacionales de temperatura y precipitaciones.
Las áreas de tierra firme y las marinas, al ser tan variables, reaccionan de modos muy distintos ante la atmósfera, que circula constantemente en un estado de actividad dinámica. Las variaciones día a día en un área dada definen su climatología, mientras que el clima es la síntesis a largo plazo de esas variaciones (ambas pueden considerarse subdisciplinas de la meteorología). El clima se mide por medio de termómetros, pluviómetros, barómetros y otros instrumentos, pero su estudio depende de las estadísticas. Con todo, un resumen sencillo a largo plazo de los cambios climáticos no proporciona una representación exacta del clima. Para obtener ésta es necesario el análisis de los patrones diarios, mensuales y anuales. La investigación de los cambios climáticos en términos de tiempo geológico es el campo de estudio de la paleoclimatología, que requiere las herramientas y métodos de la investigación geológica.
La palabra clima viene del griego klima, que hace referencia a la inclinación del Sol. Además de los efectos de la radiación solar y sus variaciones, el clima siempre está bajo la influencia de la compleja estructura y composición de la atmósfera y de los mecanismos por los que ésta y los océanos transportan el calor. Así pues, para cualquier área dada de la Tierra, debe considerarse no sólo su latitud (que determina la inclinación del Sol), sino también su altitud, el tipo de suelo, la distancia del océano, su relación con sistemas montañosos y lacustres, y otras influencias similares. Otra consideración a tener en cuenta es la escala: el término macroclima hace referencia a una región extensa, como por ejemplo un país; mesoclima, a una más pequeña; y microclima, a un área diminuta. Así, se puede especificar que un buen microclima para cultivar plantas es el que hay al abrigo de grandes árboles de sombra, o se puede hablar del mesoclima regional que caracteriza un sistema montañoso y que difiere del macroclima general de la zona. Por ejemplo, las mesetas de la península Ibérica presentan un macroclima caracterizado por escasas precipitaciones e inviernos secos y fríos o muy fríos, con veranos secos y calurosos; sin embargo, en la cadena montañosa que las separa, el sistema Central, el mesoclima es diferente: fresco en verano y húmedo en invierno.
El clima tiene una gran influencia en la vegetación y la vida animal, incluyendo a los seres humanos. Desempeña un papel significativo en muchos procesos fisiológicos, desde la concepción y el crecimiento de los seres vivos hasta la salud y la enfermedad. El ser humano, por su parte, puede influir en el clima al cambiar su medio ambiente, tanto a través de la alteración de la superficie de la Tierra como por la emisión de contaminantes y productos químicos, como el dióxido de carbono, a la atmósfera.




Tipos de Climas:


Los autores clásicos dividieron la Tierra en tres grandes zonas climáticas que se correspondían con los climas frío, templado y tórrido. En general, se considera la isoterma de los 10 ºC para el mes más cálido, que coincide aproximadamente con el límite de la tundra y el bosque de coníferas, como valor para distinguir los climas templados de los fríos; por otro lado, la separación entre los climas tórridos o tropicales de los templados se establece en la isoterma de los 18 ºC para el mes más frío. Sin embargo, dentro de cada una de estas zonas cabe distinguir diferentes tipos y subtipos en función de factores tales como la temperatura y la precipitación. Otros elementos que contribuyen a explicar el clima de una región pueden ser la presión atmosférica, los vientos, la humedad, la latitud, la altitud, el relieve, la proximidad de los mares, las corrientes oceánicas y la influencia de la naturaleza del suelo y la vegetación.
Muchos climatólogos han establecido sus propias clasificaciones climáticas, entre las que cabe destacar la de Köppen, una clasificación empírica dada a conocer por primera vez en 1918 y sometida posteriormente a varias revisiones. Köppen y su colaborador Geiger definieron seis grandes grupos de climas, asociados a la vegetación, a los que designaron mediante letras mayúsculas: A (tropical), B (subtropical), C (templado), D (frío), E (polar) y H (montaña). Estos grupos se subdividían a su vez en función del régimen pluviométrico y de las temperaturas, también señalados mediante letras, en este caso minúsculas, que unidas a las anteriores especificaban la variedad climática de un espacio determinado dentro de cada categoría principal. Así, por ejemplo, un clima tipo Csa indica que se trata de un clima templado con veranos secos y calurosos e inviernos húmedos y suaves, es decir, lo que se conoce como un clima mediterráneo.

A continuación, se exponen los principales tipos de clima del planeta considerando los valores, siempre aproximados, de la temperatura y las precipitaciones.



Clima ecuatorial:


Es característico de las regiones de latitudes bajas, localizadas fundamentalmente entre los 10º N y 10º S. La temperatura y la humedad son altas y constantes a lo largo del año. La temperatura media del mes más frío supera los 18 ºC, y la temperatura media anual se sitúa por encima de los 25 ºC. Las precipitaciones anuales sobrepasan los 1.500 mm e incluso, en algunas áreas, los 3.000 milímetros. La duración del día y de la noche es muy similar.






Clima tropical:




Es propio de las regiones tropicales. Las temperaturas medias mensuales son elevadas y bastante uniformes a lo largo del año, siendo la media anual superior a los 20 ºC. El régimen térmico varía entre 3º y 10º, mayor en el interior y menor en las áreas costeras. Las precipitaciones oscilan entre los 400 y los 1.000 mm anuales, aunque la variedad de clima monzónico alcanza valores muy superiores. Alternan las estaciones secas y lluviosas. En función de la distribución estacional de las precipitaciones y de la cantidad se distinguen las variedades siguientes: sudanés (precipitaciones entre 750 y 1.100 mm y tres estaciones, una seca y fresca, otra seca y calurosa, y otra lluviosa), subecuatorial (dos estaciones lluviosas y dos secas), saheliense (precipitaciones entre 400 y 750 mm, con una larga estación seca) y monzónico (estación lluviosa de gran intensidad que alterna con otra seca).






Clima Desertico:



Propio de las áreas desérticas, se caracteriza por altas temperaturas y escasez de precipitaciones. Se distinguen dos importantes variantes: el clima desértico cálido, con una temperatura media anual en torno a los 20 ºC, una fuerte oscilación térmica (puede alcanzar los 20º) y precipitaciones inferiores a los 200 mm, y el clima desértico costero, que presenta una temperatura media anual inferior a los 20 ºC, menor oscilación térmica (en general por debajo de los 10º) y precipitaciones insignificantes, por debajo de los 100 mm anuales. Además de estos desiertos propios de la zona cálida o tropical, existen otros tipos en la zona templada resultado de la degradación de los climas propios de sus latitudes. Aquí cabría hablar de los desiertos continentales, donde el elemento condicionante del régimen termopluviométrico, además de las altas presiones, es la continentalidad, que acentúa la sequía y la oscilación térmica diaria.





Clima Templado:


Bajo este epígrafe se aúnan una gran variedad de climas que tienen en común el hecho de contar con unas temperaturas estivales más elevadas que en invierno. Los climas templados se clasifican en:


Clima mediterráneo: Este tipo de clima se da particularmente en los países ribereños del mar Mediterráneo, de ahí su denominación, aunque se han establecido varios subtipos en relación con la distancia a las masas oceánicas. También se da en la costa meridional

de Australia, en el suroeste de la República de Sudáfrica, en California y en las estrechas áreas costeras de Chile central, donde los Andes actúan como barrera climática. En sentido amplio, define el clima de las regiones costeras occidentales de los continentes comprendidas dentro de la zona de las latitudes medias de la Tierra (entre los 30º y los 45º, aproximadamente). Se caracteriza por veranos cálidos, secos y soleados, e inviernos suaves y húmedos. Las temperaturas medias anuales varían entre los 12 ºC y los 18 ºC, y la oscilación térmica anual está comprendida entre los 10º y los 15º por lo general. El promedio de precipitaciones se sitúa entre los 400 y los 700 mm, concentradas en el invierno, ya que durante el verano el clima está sujeto a la presencia de anticiclones subtropicales, y en el invierno, a las depresiones de la atmósfera.
Clima Chino: Este clima presenta una temperatura media ligeramente superior a la del mediterráneo, lo mismo que la oscilación térmica anual, que supera los 15º. El promedio de precipitaciones sobrepasa los 1.000 mm, concentradas en el periodo estival, que contrasta con la sequedad del invierno.
Clima oceánico: Es el clima característico de las regiones comprendidas dentro de la zona de latitudes medias de la Tierra sujetas a la influencia oceánica. La proximidad del mar determina una amplitud térmica anual en general pequeña y unas precipitaciones importantes (1.000-2.000 mm) y bien distribuidas a lo largo del año, aunque el máximo se sitúa en la estación invernal. La temperatura media depende de la latitud, aunque se puede establecer en torno a los 10 ºC; los inviernos presentan unas temperaturas moderadas y en verano son frescas.Clima Continental: Este clima es propio de las regiones del interior de los continentes. Se caracteriza por una relativa escasez de precipitaciones, sobre todo en invierno, debido a la distancia que las separa de las áreas de influencia marítima, y por una notable amplitud térmica estacional (que puede alcanzar hasta los 60º), con unas temperaturas estivales bastante altas que contrastan fuertemente con los inviernos fríos. La temperatura media anual es inferior a los 10 ºC. Las precipitaciones oscilan entre los 300 y los 700 mm de promedio, que se producen principalmente en verano. Se pueden distinguir varios tipos: el siberiano (el más extremado, con una temperatura media inferior a los 0 ºC, una oscilación térmica que puede alcanzar los 60º y precipitaciones inferiores a los 200 mm anuales concentradas en el periodo estival); el manchuriano (con un temperatura media inferior a los 10 ºC, oscilación térmica en torno a los 40º y precipitaciones, concentradas en el periodo estival, que superan los 500 mm); y el ucraniano (con unas características térmicas similares al anterior, aunque la temperatura media es ligeramente más baja y la amplitud un poco superior, y unas precipitaciones comprendidas entre los 300 y los 400 mm anuales).






Clima Polar:




Clima propio de aquellas regiones que presentan una temperatura media mensual y anual por debajo de los 0 ºC, amplitudes térmicas superiores a los 30º y precipitaciones insignificantes que se producen en forma de nieve. En estas regiones, cubiertas por la nieve durante la mayor parte del año, el tipo de suelo característico es el permafrost.






Clima de alta montaña:




En las montañas la temperatura disminuye con la altitud, mientras que aumentan las precipitaciones, al menos hasta un cierto nivel altimétrico. La montaña, en este sentido, altera las características de la zona climática en la que se sitúa. Por este motivo, no se pueden establecer unos rasgos con validez universal que lo definan, aunque sus variedades climáticas son fácilmente reconocibles, como el clima alpino. Presenta unas temperaturas invernales negativas y unas estivales positivas, aunque la temperatura media anual se establece en torno a los 0 ºC; la oscilación térmica es inferior a los 20º y las precipitaciones, más abundantes en verano que en invierno, superan los 1.000 mm anuales. Este clima de alta montaña es el que predomina en la cordillera andina.Por último, como se mencionó con anterioridad, tienen lugar cambios microclimáticos causados por la acción antrópica. Así, por ejemplo, en las ciudades se forman las denominadas ‘islas de calor’; cuando este espacio se encuentra bajo una situación anticiclónica cálida, durante la noche la temperatura es más alta en relación con el medio ambiente circundante. También la contaminación atmosférica de los núcleos urbanos provoca un aumento de la nubosidad media, modifica el régimen de lluvias, altera la circulación de los vientos y disminuye la radiación solar y la transparencia del aire.






Biomas:




Las grandes unidades de vegetación son llamadas formaciones vegetales por los ecólogos europeos y biomas por los de América del Norte. La principal diferencia entre ambos términos es que los biomas incluyen la vida animal asociada. Los grandes biomas, no obstante, reciben el nombre de las formas dominantes de vida vegetal.

Bajo la influencia de la latitud, la elevación y los regímenes asociados de humedad y temperatura, los biomas terrestres varían geográficamente de los trópicos al Ártico, e incluyen diversos tipos de bosques, praderas, monte bajo y desiertos. Estos biomas incluyen también las comunidades de agua dulce asociadas: corrientes, lagos, estanques y humedales. Los medios ambientes marinos, que algunos ecólogos también consideran biomas, comprenden el océano abierto, las regiones litorales (aguas poco profundas), las regiones bentónicas (del fondo oceánico), las costas rocosas, las playas, los estuarios y las llanuras mareales asociadas.